EQUIDISTANTE

Hay un término que se ha puesto de moda últimamente y que es equidistante. Cuando no tenemos muy claro (o sí pero no queremos admitirlo) de qué parte se está en un problema somos equidistantes. Pues bien, la equidistancia está muy bien si hay un derbi Betis-Sevilla y tu eres del Albacete, pero hay cuestiones en las que uno no puede ponerse de lado.
Si un policía mata a un negro a sangre fría es un asesinato racista y no hay medias tintas. O se está en contra del problema o formas parte de él. El equidistante equipara los disturbios posteriores al asesinato con el propio asesinato sin analizar que lo primero es una reacción a lo segundo. Es decir si no hay asesinato no hay disturbios. Es un simple ejercicio de lógica que el equidistante desconoce u omite interesadamente.
Con el fascismo ocurre exactamente igual, no puedes ponerte de lado o eres antifascista o eres uno de ellos. Ayer Trump nos llamó terroristas a todos los demócratas, aquí su marca blanca (Abascal) no sólo aplaude el tuit sino que acusa a Sánchez de meterlos en el congreso. Yo pensaba que los 350 diputados eran antifascista pero según Abascal sólo lo son los de unidas podemos. Pero esto no es solo cosa de Trump, el otro día Cayetana Álvarez llamaba terrorista al padre de Iglesias por repartir propaganda en contra de la dictadura de Franco en otro intento más de blanquear el fascismo. El fascismo lleva tiempo campando a sus anchas, lo tenemos metido en nuestras instituciones y en nuestra vida diaria todo con la complicidad de los medios de comunicación y evidentemente de los que pasan por la vida de lado. Los equidistantes.

Nadia Ríos, portavoz Grupo Municipal de Adelante Alcalá de Guadaíra.